lunes, 16 de agosto de 2010

LA PESTE BUBONICA

HISTORIA DE LA PESTE BUBONICA


La peste negra o bubónica fue una devastadora pandemia que asoló Europa en el siglo XIV y que causó la muerte de un 30 a un 60% de la población del continente europeo, reduciendo la población mundial estimada desde 450 millones hasta 350 ó 375 millones en el año 1400. La mayor parte de los científicos cree que la peste negra fue un brote de peste bubónica, una terrible enfermedad que se ha extendido en forma de epidemia varias veces a lo largo de la historia. La peste es causada por la bacteria Yersinia pestis que se contagia por las pulgas con la ayuda de la rata negra (Rattus rattus), que hoy conocemos como rata de campo.
La mayor pandemia del siglo XIV comenzó quizá en algún lugar del norte de la India, probablemente en las estepas de Asia central, desde donde fue llevada al oeste por los ejércitos mongoles. La peste llegó a Europa por la ruta de Crimea, donde la colonia genovesa de Kaffa (actual Teodosia) fue asediada por los mongoles. La Historia dice que los mongoles lanzaban con catapultas los cadáveres infectados dentro de la ciudad (si bien la enfermedad no se contrae por contacto con los muertos). 

Los refugiados de Kaffa llevaron después la peste a Messina, Génova y Venecia, alrededor de 1347/1348. Algunos barcos no llevaban a nadie vivo cuando alcanzaban las costas. En 1347 se sucedió una guerra entre el Reino húngaro y el napolitano, puesto que el rey Luis I de Hungría reclamaba el trono de Nápoles luego del asesinato de su hermano Andrés, quien murió por voluntad de su propia viuda la reina Juana I de Nápoles. De esta manera, Luis condujo una campaña militar que coincidió con el estallido de la Peste Negra. Pronto ante tanta muerte por la enfermedad, la campaña tuvo que ser suspendida y los húngaros regresaron a casa, llevándose consigo varios de ellos la peste, cobrando vidas como la de la propia esposa del rey húngaro. De esta forma, desde Italia la peste se extendió por Europa afectando a Francia, España, Inglaterra (en junio de 1348) y Bretaña, Alemania, Hungría, Escandinavia y finalmente el noroeste de Rusia.






¿Cómo se transmite?
La enfermedad puede transmitirse a los seres humanos mediante la mordedura de las pulgas infectadas, la mordedura directa de los roedores o a través del contacto directo con los tejidos de los animales infectados.
También puede ser transmitida mediante aerosoles, inhalación de la bacteria (bioterrorismo). Es posible la transmisión de persona a persona.




¿Cúales son los síntomas?


Escalofríos.


Fiebre.
Inflamaciones en los ganglios - bubones (adenopatías).


Si la enfermedad fue transmitida por inhalación, se denomina peste neumónica, ya que se infecta a los pulmones; en este caso, los primeros signos de la enfermedad son fiebre, dolor de cabeza, debilidad, tos productiva.

¿Qué tan pronto aparecen los síntomas?

Si la enfermedad fue transmitida por las pulgas, los síntomas aparecen dos a ocho días después.
Si la enfermedad fue transmitida por inhalación, los síntomas aparecen uno a tres días después.


Consecuencias

La información sobre la mortalidad varía ampliamente entre las fuentes, pero se estima que alrededor entre un 30 y un 60% de la población de Europa murió desde el comienzo del brote a mitad del siglo XIV. Aproximadamente 25 millones de muertes tuvieron lugar sólo en Europa junto a otros 30 a 40 millones en África y Asia. Algunas localidades fueron totalmente despobladas con los pocos supervivientes huyendo y expandiendo la enfermedad aún más lejos.
La gran pérdida de población trajo cambios económicos basados en el incremento de la movilidad social según la despoblación erosionaba las obligaciones de los campesinos (ya debilitadas) a permanecer en sus tierras tradicionales. La repentina escasez de mano de obra barata proporcionó un gran incentivo para la innovación que ayudó a traer el fin de la edad media. Algunos argumentan que causó el Renacimiento, a pesar de que el renacimiento ocurriera en algunas zonas (tales como Italia) antes que en otras. A causa de la despoblación, sin embargo, los europeos supervivientes llegaron a ser los mayores consumidores de carne para una civilización anterior a la agricultura industrial.







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